¿Qué efectos tuvo la pandemia en la movilidad del Centro Histórico de la Ciudad de México?

¿Qué efectos tuvo la pandemia en la movilidad del Centro Histórico de la Ciudad de México?

• El confinamiento y otras medidas para prevenir los contagios por COVID-19 provocaron un cambio en las dinámicas de la movilidad del corazón de la capital mexicana.

30 de junio de 2022. Las medidas sanitarias para contener los contagios por COVID-19 suscitaron nuevas dinámicas sociales, comerciales y de movilidad en el Centro Histórico de la Ciudad de México, como uso del transporte público para saltar los cercos perimetrales, aumento de bicitaxis y taxis, incremento del sexo servicio de 30 por ciento, nuevos puntos de concentración de ventas, desbordamiento del comercio informal principalmente en la zona oriente y despidos de personal en el comercio formal, aseveró el Dr. Orlando Isaac Ipiña García, de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Tecamachalco, del Instituto Politécnico Nacional.

En una sesión del seminario permanente de los Centros Históricos de la Ciudad de México que organiza el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, el académico expuso lo que ocurrió con las dinámicas de movilidad en el transporte y en el espacio público en el centro durante el periodo de restricción de actividades entre el 12 de marzo y el 24 de junio de 2020 por la pandemia.

El corazón de la capital mexicana es el lugar más concurrido del país con dos millones de visitantes al día, cuya afluencia se debe especialmente por el turismo y por el comercio, ya que hay 44 mil unidades económicas en la zona y representan el 10 por ciento de todos los comercios registrados en la urbe, además de una población flotante de 170 mil empleados formales.

Generar un padrón de comerciantes informales en el área central de la gran metrópoli es muy complejo. En Ciudad de México se tienen registrados únicamente a cinco por ciento de todos los ambulantes de la capital. De acuerdo con el último padrón del Sistema de Comercio en Vía Pública (SISCOVIP), se contabilizó oficialmente a solo 109 mil 186 de los más de dos millones de vendedores informales que se estima, existen en la urbe.

El comercio informal es una de las actividades que generan movilidad en el centro, ya que es el destino de personas dentro de la ciudad, así como de la zona metropolitana y del interior del país para adquirir mercancías.

Para acceder al centro histórico por medio de transporte público hay varias opciones; se puede hacer a través de cinco líneas del Metro, siendo esta una de las alternativas más viables dentro de la movilidad perimetral; la línea 4 del metrobús; el trolebús que cruza por Eje Central; distintas rutas de microbuses que lo atraviesan; así como ciclovías y Ecobici; además de múltiples estacionamientos para los autos particulares.

Con la elevada tasa de informalidad en el país (56.8 por ciento) y el aumento del desempleo durante el periodo de confinamiento, fue muy difícil que las personas se quedaran en casa, lo que impactó en los protocolos de contención de la población para evitar el contagio por coronavirus. “Se volvió un elemento clave en la movilidad interna de la capital, al tener que trasladarse para conseguir o mantener empleo, o comprar productos para su venta minoritaria en barrios y colonias”, expuso el experto.

Durante el confinamiento continuó con actividad la zona de La Merced, el sexo servicio, el comercio informal principalmente en las calles Corregidora, Vidal Alcocer y la parte oriente. Los espacios públicos fueron controlados, cerrando zonas importantes como Madero, Garibaldi y la Alameda.

Hubo una pérdida de aforo en las estaciones del Metro del centro histórico. Mientras que, en la zona turística, las estaciones Zócalo, Allende y Bellas Artes perdieron alrededor del 75 por ciento; la parte comercial, en la estación Tepito perdió 71 por ciento y La Lagunilla el 56 por ciento de aforo; mientras que la estación Candelaria 54 por ciento y La Merced 46 por ciento.

Esta dinámica provocó que las personas en situación de calle se replegaran a zonas donde había gente, tales como Tepito, Candelaria y La Merced.

La restricción de actividades invisibilizó a varios grupos de población que conviven en este sector de la capital, como indigentes y sexo servidoras, artesanos y grupos indígenas, músicos, mariachis y artistas urbanos, que modificaron su vida cotidiana y las formas en las que se ganan la vida, provocando situaciones de mayor vulnerabilidad.

El doctor Ipiña comentó que el comercio formal tampoco tuvo muchas posibilidades, un gran número de negocios cerraron, lo que significó despido de personal; se generaron algunas alternativas como la venta con la cortina abajo con vendedores al exterior ofreciendo sus productos; se generaron carteras de clientes por medio de aplicaciones como WhatsApp; venta de productos desde automóviles y motonetas y, comida solo para llevar.

Este fenómeno ocasionó nuevas dinámicas de movilidad en el centro histórico, y durante el periodo de semáforo naranja creció el número de bicitaxis; los restauranteros se apoderan de las banquetas de avenida 5 de mayo; se incrementó el número de unidades de taxis tolerados sobre la ruta norte del metrobús y aumentó el comercio informal en la parte oriente del centro.

Durante la fase de semáforo rojo, que comprendió del 11 de diciembre a 12 de febrero de 2021, como parte de las medidas de control se cerró en teoría el centro histórico y se restringió la entrada; sin embargo, en la zona oriente y norte el comercio informal se desbordó, provocando una afluencia en estaciones como Pino Suárez o aglomeraciones en el metrobús que cruza el centro.

Los datos son resultado de una investigación realizada por el ponente en conjunto con el posgrado de la ESIA Tecamachalco y alumnos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México Cuautepec, con el objetivo de entender los flujos y el comportamiento de las personas en función de la movilidad urbana en el centro de la capital durante el confinamiento.

La Mtra. Sheila Espinosa Cortés, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, quien comentó la ponencia, destacó la disposición de los habitantes en los primeros meses de la pandemia para la autogestión para subsanar las necesidades.

También resaltó que no hay que debilitar los aciertos que se tuvieron en el transporte, por el contrario, se debe fomentar y fortalecer las acciones como el sistema integral de movilidad. A nivel metropolitano hay que poner atención en la interrelación entre el centro y la zona metropolitana, y ofrecer mayores soluciones de infraestructura.

 

 

PUEC

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