En la presentación, especialistas conversaron sobre las repercusiones sociales, políticas y urbanas que tuvo el movimiento estudiantil de 1968 en la ciudad.
En el marco de las actividades organizadas para conmemorar el 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) presentó “Ciudad 68”, una iniciativa que vincula esfuerzos académicos, metodológicos y técnicos para rememorar la Ciudad de México desde los sitios y rutas icónicas que se conjuntaron en este año, a través de una plataforma que busca acercar al público una mirada histórica, social y espacial de los acontecimientos de ese año.
El Dr. Javier Delgado, director del PUEC, señaló que este proyecto es realizado en el marco de las actividades que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México para conmemorar los 50 años del movimiento. Consideró que existe mucha narrativa del tema y, sin embargo, la espacialidad del proceso ha sido escasamente abordada, por lo que el PUEC aporta en esta plataforma la combinación del mapa narrativo y las herramientas tecnológicas para hacer una interpretación de lo que sucedió, dónde y cómo, en este año histórico.
La coordinadora del proyecto, Mercy Sandoval Martiñón del PUEC, precisó que 1968 es el año más documentado del siglo XX. Comentó que Ciudad 68 vislumbra espacialmente las XIX Olimpiadas y el movimiento estudiantil, dos acontecimientos antagónicos que tuvieron como sede la Ciudad de México y que a su vez, son procesos complementarios. La ciudad cambió profundamente desde que se convirtió en sede olímpica y se iniciaron los trabajos para construir los nuevos recintos para la justa deportiva, que después serían utilizados por la población. Paralelamente se encontraban los estudiantes movilizados, los presos políticos, los desparecidos y toda la lucha por las libertades democráticas que engloba el movimiento estudiantil de esa época.
En el conversatorio realizado en el Foro Polivalente Antonieta Rivas Mercado de la Biblioteca de México, el Dr. Carlos Aguirre Rojas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, señaló que se ha reflexionado muy poco, tanto en el caso mexicano como en el de otros países, sobre el movimiento global de 1968 y la ciudad, y de qué manera ésta influyó en los movimientos donde los estudiantes emergieron como el principal actor social de las sociedades contemporáneas. Aseveró que el cambio fundamental en el quiebre del 68 fue el paso de la ciudad a la megaciudad; a partir de la década de los 70´s México se volvió predominantemente urbano y la Ciudad de México se hizo más caótica y difícil de gestionar. Está la ciudad física pero también la ciudad social, simbólica y humana, y en este sentido, 1968 significó un proceso de reapropiación del espacio público urbano.
El investigador añadió que en la actualidad existen libertades democráticas que se deben a este movimiento y su heredero directo es la lucha zapatista. La esencia del 68 es que fue una revolución cultural, el detonante para la transformación en estos 50 años de las estructuras que producen y reproducen la cultura contemporánea: familia, escuela y medios de comunicación. “El 68 será un referente fundamental ineludible en la memoria popular”, concluyó Aguirre.
El Dr. Sergio Zermeño García-Granados, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, comentó que la revuelta estudiantil de 1968 echó a andar un movimiento libertario e inmediatamente inició otro suceso político del poder hegemónico, como la sucesión presidencial. Recalcó que después de 50 años se debe seguir investigando lo que pasó en la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, porque hay nuevos archivos que ofrecen más elementos para el análisis. El estudio de diversas fuentes de lo que sucedió el 2 de octubre dejan claro que Luis Echeverria fue el Maquiavelo de esta matanza. Es esquizofrénico que en la mañana haya habido un intento de acuerdo y en la tarde se haya perpetuado la matanza. Un movimiento que comenzó como auténtico movimiento social acabó en los intereses de los poderes políticos.
La Dra. Juncia Avilés Cavasola, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de estudios, afirmó que hay un país antes y después del 68 y es necesario seguir hablando de lo que pasó para no olvidar, y al mismo tiempo celebrar la memoria y la creatividad. El 68 es uno de los procesos históricos de México que más documentación tiene. La Ciudad de México está marcada contextualmente e históricamente por el hecho de la XIX Olimpiada y marca un antes y un después en el desarrollo de la urbe. El movimiento estudiantil no está separado de los juegos olímpicos, ambos procesos están vinculados.
En el proyecto participaron urbanistas, ingenieros, diseñadores, historiadoras del PUEC; con el apoyo del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, de la Filmoteca de la UNAM, del Comité Olímpico Mexicano y del Museo Archivo de la Fotografía de la Ciudad de México para la recopilación de los materiales.
La plataforma puede visitarse en: Clik aqui
