Ciudad de México, 18 de septiembre de 2025. Al analizar y comprender los factores de presión que repercuten en la condición actual de los centros históricos se pueden implementar acciones integrales de sustentabilidad ambiental para su gestión, expuso Omar Arellano Aguilar de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra (ENCiT) de la UNAM.
Durante su participación en el seminario de los Centros Históricos de la Ciudad de México organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, el doctor Arellano recordó que la Declaración de Zona de Monumento Histórico, busca la conservación, recuperación y restauración a través de planes de gestión como lo son los Planes de Manejo, donde se definen las acciones de conservación, protección, así como las estrategias para revertir el deterioro urbano.
El profesor-investigador del ENCiT colaboró en diversos proyectos del PUEC para la elaboración de Planes de Manejo de centros históricos, incorporando la dimensión ambiental desde una perspectiva de la sustentabilidad en la estrategia de gestión.
Detalló que el Plan Integral de Manejo del Centro Histórico de la Ciudad de México (2012-2016) en materia ambiental estaba limitado, ya que sólo contemplaba el inventario de equipamientos y espacios públicos, la disposición de agua, residuos, movilidad y energía, así como los factores de estrés que afectan su eficacia.
De esta manera, para el Plan de Manejo del mismo Centro Histórico de 2017-2022, en la que participó junto con su equipo de trabajo, propusieron: “ampliar el concepto de ambiente hacia espacios públicos de convivencia, reconocer servicios ambientales, amortiguamiento de contaminación, refugio de especies locales, espacios de recreación y bienestar, zonas de conservación de suelo y permeabilidad hídrica e integrar componentes del derecho humano a un ambiente sano”.
Su propuesta incorporaba implementar acciones integrales de sustentabilidad ambiental, tales como: creación de corredores biológicos, promover infraestructura verde y azul para la captación de agua, incorporar tecnología de energía renovable, promover la conservación de ecosistemas urbanos y biodiversidad urbana nativa, así como local, e incorporar economía circular.
Asimismo, expuso que han identificado factores de estrés que afectan el centro histórico de la capital, y a partir de estos han propuesto acciones y estrategias de gestión.
Uno de los mayores problemas en la zona es el comercio, ya que presiona la vivienda al irse adueñando del territorio, y va despojando de sus hogares a sus habitantes para convertirlo en comercio.
Actualmente, el turismo es sustancial en las zonas patrimoniales y un factor de despojo y degradación, pero al tiempo trae consigo una derrama económica importante, por lo que es otro factor de estrés determinante.
Otro factor de presión en estos entornos es la contaminación, no sólo atmosférica, sino además la generación de aguas residuales, el ruido, la contaminación térmica y los residuos urbanos. Subrayó que la principal causa que propicia las inundaciones son los tapones de grasa originados por los desechos provenientes de restaurantes y puestos ambulantes, provocando que el sistema de drenaje no funcione.
El ruido es uno de los factores que más molesta a los residentes. Los corredores de mayor ruido son: Rayón Eje 1 Norte, República de Ecuador, Avenida de Circunvalación, Eje Central y Avenida Hidalgo.
Además, el corazón de la capital mexicana tiene un déficit de áreas verdes para sus habitantes, principalmente en la zona B.
El otro caso fue el Plan Integral de Manejo del Centro Histórico de Puebla donde propusieron recomendaciones integrales desde la perspectiva de hábitat urbano y sostenibilidad ambiental con la misma metodología.
Para Arellano, es importante detectar estos elementos de estrés que han incidido en estas zonas centrales para proponer estrategias de distensión, mitigar los diversos impactos negativos y trasladarlas a Planes Parciales de Desarrollo Urbano, Planes de Manejo de Ordenamiento Territorial y al Plan Parcial de Desarrollo Municipal.
Por su parte, la doctora Driselda Patricia Sánchez Aguirre, profesora de la ENCiT, invitada a comentar la ponencia, señaló que la perspectiva ambiental ha sido poco relevante en la configuración de los Planes de Manejo, siendo lo social y la conservación histórica tangible los principales temas.
El Plan de Manejo de la Ciudad de Puebla aborda problemas ambientales como la contaminación del agua, la contaminación sonora, mismos que no han sido considerados en la gestión de centros históricos, agregó.
Para Sánchez Aguirre el desplazamiento de los habitantes de los centros históricos es producto del deterioro y el arribo masivo del turismo, y la gente que permanece viviendo en ellos comienza a deteriorar sus propias viviendas porque no tienen acceso a los lineamientos de conservación por considerarlos onerosos.
Destacó la inclusión de las comunidades para identificar los factores de estrés, ya que sin su participación difícilmente se puede dar la conservación de estos valiosos espacios centrales urbanos.
