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El depósito atmosférico deteriora el patrimonio edificado

La contaminación atmosférica deteriora en distintos niveles el patrimonio histórico construido en las ciudades, el cual se encuentra situado en buena parte en los centros históricos. El análisis de los materiales de construcción permite conocer los mecanismos de deterioro relacionados con las condiciones medioambientales y advertir las amenazas a las que se encuentra expuesto el patrimonio, señaló el Mtro. Luis Miguel Urbina Leonor, de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

En sesión del Seminario Permanente de los Centros Históricos de la Ciudad de México que lleva a cabo el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), el candidato a doctor del Posgrado de Ingeniería Ambiental expuso el pasado 26 de febrero el tema “Efecto del depósito atmosférico en el patrimonio edificado”.

El patrimonio ha sido erigido con diversos materiales de construcción en las diferentes épocas; principalmente se han utilizado rocas que son base carbonato de calcio, tales como mármol, calizas y dolomitas; además de rocas volcánicas, que son base dióxido de silicio y que se encuentran en el patrimonio del centro del país, como las utilizadas en las Pirámides de Teotihuacán o en el Colegio de San Ildefonso; y también cemento, con el que se ha construido la mayor parte del patrimonio del siglo XX.

El interperismo es el proceso que produce una transformación en las rocas al estar expuestas a las condiciones de la intemperie, tales como el clima, el agua o el aire. Existen diferentes formas de deterioro en los materiales del patrimonio, tales como ensuciamiento en la superficie, recristalización de sales y biodeterioro, los cuales pueden ocasionar desde aparición de microrganismos, mala apariencia, hasta daño estructural.

Las rocas carbonáceas son el material que más se ha estudiado y ha permitido conocer la perdida de superficie en un tiempo determinado. En México se han realizado estudios en el patrimonio edificado con este tipo de rocas en San Juan de Ulua, Tajín, Península de Yucatán y Morelia.

El Mtro. Urbina destacó que a pesar de las estrategias medioambientales gubernamentales y del cambio de combustibles fósiles y el cierre de la Refinería 18 de marzo en Azcapotzalco en los noventa en Ciudad de México, la concentración de dióxido de azufre en el ambiente y las partículas PM2.5 no han disminuido, provocando deterioro en el patrimonio, pero principalmente un perjuicio grave en la salud de la población.

Su caso de estudio, el Museo de las Intervenciones, edificado con roca volcánica, -como gran parte del patrimonio arquitectónico e histórico-, es representativo por esta razón y también por su ubicación al sur de la capital, donde la acides de la lluvia es mayor. Con diversas técnicas científicas evaluaron muestras del campanario, la fuente y el pináculo y detectaron que los materiales tienen interperismo moderado y el principal deterioro es mecánico a causa de sales y microorganismos.

Este tipo de investigación sirve para conocer el impacto de la contaminación ambiental en el patrimonio edificado y a partir de esta información tomar medidas y diseñar políticas que prevengan el deterioro del patrimonio.

El Mtro. Mauricio Alberto Ángel Macías, doctorante en Salud Pública por la Universidad Nacional de Colombia, comentó que los efectos en la salud por la mala calidad del aire son lo que ha motivado a su legislación para tener estándares mínimos de emisiones permitidas en la atmósfera. “Desde medados del siglo XX hemos contaminado el aire de una forma sin precedentes, perjudicando esencialmente la salud de las personas”.

Los centros históricos de las ciudades de Latinoamérica, que es donde principalmente están situados los monumentos históricos construidos en la Colonia, tienen estrecha relación con la concentración de contaminantes a lo largo de estos siglos. “Los edificios expuestos a la mala calidad del aire se van a conservar por mucho tiempo, pero el costo en la salud de los seres humanos es más grave”. Es necesaria una visión transdiciplinaria para abordar este problema contemporáneo, agregó Alberto Ángel.

En el salón de Profesores Eméritos del Palacio de la Escuela de Medicina, el director del PUEC, Dr. Javier Delgado, expresó que los efectos del cambio climático tienen ya tienen consecuencias en la vida. Recalcó que espera que estas discusiones en el ámbito académico aproximen a tomar acciones determinantes sobre el tema.

La Dra. Natalia Soto, posdoctorante del PUEC, dijo que la noción de la calidad del aire no es exacta ni exhaustiva, sino que está llena de simplificaciones técnicas que reducen su complejidad. “Los datos producto de los instrumentos que miden la calidad del aire son evidencias precisas, sin embargo, la cuantificación está en estrecha relación con las condiciones histórico materiales locales, pues los datos no se pueden separar de lo social”.

PUEC

Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad
Universidad Nacional Autónoma de México

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