Ciudades amigables para niñas y niños

Ciudades amigables para niñas y niños

  • Es un desafío para la planeación urbana diseñar espacios habitables que permitan la inclusión de las infancias en la toma de decisiones y entornos más amigables.
Ciudad de México, 28 de abril de 2023. La forma en la que se ha configurado la ciudad ha propiciado que la población infantil se encuentre confinada casi exclusivamente a los pocos espacios de juego que se ven en las urbes, que se encuentran restringidos y controlados, además de carecer de las condiciones necesarias para que jueguen libremente.

Por ello, el diseño urbano debe considerar las necesidades de la población infantil para fomentar su autonomía y desarrollo pleno, y así,  pueda ejercer su derecho a la ciudad.

En México habitan 40 millones de niñas y niños que representan 35 por ciento de la población total, de ellos, 7 de cada 10 viven en zonas urbanas, sin embargo, a pesar de ser un segmento importante, son vistos hasta su mayoría de edad como objeto de protección y no como sujetos con derechos de desarrollo, de expresarse libremente y con derecho al acceso a servicios y equipamientos de salud, sociales y educativos.

“El reto de la inclusión se encuentra en la implementación de mecanismos que permitan este reconocimiento y participación de acuerdo con la ley y con las políticas públicas”. Así lo comentaron las doctoras Lydia Marcela Adame Rivera y Amanda Melissa Casillas Zapata, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Durante su ponencia “Cuerpos e infancias, una crítica de género a la ciudad adultocéntrica” en el seminario Ciudad habitable para todas y todos del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), las académicas plantearon que los contextos de vulnerabilidad y desigualdad que enfrentan las niñas y niños de las urbes de Latinoamérica repercuten en su acceso al derecho a la ciudad.

Las ciudades están en constante lucha por el espacio público que es el protagonista de las actividades cotidianas. “Es un desafío para la planeación urbana diseñar espacios habitables que permitan la inclusión de las infancias en la toma de decisiones y en el diseño de entornos amigables para reivindicar la ciudad”.

Amanda Casillas añadió que la ciudad vuelve vulnerable a las y los niños debido a que la forma en la que operan y se organizan las urbes es priorizando las necesidades de un grupo de población donde se privilegian las actividades productivas.

Por ello, la configuración de las metrópolis debe considerar las capacidades y necesidades de todos los grupos de la población. “No es que un niño o niña no tenga la capacidad de hacer uso del espacio, sino más bien, la ciudad le resta las capacidades de poder hacerlo de manera autónoma”, añadió.

A la población infantil se le ha confinado en las ciudades casi exclusivamente a áreas de juegos infantiles que se ubican dentro de las áreas verdes o parques, sin embargo, la mayoría de ellas carecen de las características necesarias para jugar libremente, limitando su desarrollo físico, mental, social y emocional.

El juego es vital para el desarrollo de los infantes. Les permite imaginar, crear, construir escenarios, historias y adquirir roles para comprender las normas sociales, pero en la mayoría de las zonas de juego existentes domina en su diseño el control y la seguridad, en lugar de favorecer la autonomía de la niñez.

La proximidad con parques, calles conectadas, entornos naturales y equipamientos como las escuelas, se fue perdiendo, predominando en las calles los autos que han ido restado estos espacios para el juego.

Asimismo, los entornos naturales tienen una influencia significativa para desarrollar la sensibilidad ambiental de las niñas y los niños y les proporcionan mayor conciencia del entorno y cuidado a la naturaleza. Se debe considerar el valor que tienen las áreas verdes en las ciudades, asegurando su integración en ellas.

Caminar la ciudad también les permite tener un mayor aprendizaje y reconocer el espacio en el que habitan, de esta manera, es fundamental la proximidad y ubicación de los equipamientos y servicios urbanos con respecto a sus viviendas.

Estas reflexiones son producto de talleres que las investigadoras han realizado con el fin de conocer la percepción del espacio público y la movilidad de niñas y niños para imaginar su ciudad ideal.

Ambas aseguraron que esperan replicar el taller “Walking the city like Jane” con infancias de distintos entornos para conocer las diferentes necesidades y realidades de la población infantil y profundizar en la forma en que experimentan el espacio. Igualmente, aportar al diseño metodológico y fomentar la participación de esta población para considerar sus opiniones en la planeación y diseño del espacio público de las urbes.

Finalmente, la Mtra. Mariana Sánchez, coordinadora del seminario, aseveró que se debe reconocer el potencial que tiene incorporar la visión de las infancias en el diseño de las ciudades, que probablemente produciría urbes más amigables para todas y todos.

Cuerpos e infancias, una crítica de género a la ciudad adultocéntrica

PUEC

Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad
Universidad Nacional Autónoma de México

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