- En México cerca de 1 de cada 2 mujeres ha experimentado violencia sexual a lo largo de su vida, y 7 de cada 10 se siente insegura en su ciudad.
- Mujeres y niñas son actoras centrales para transformar las ciudades y es momento de dejar que lideren el cambio: Andrea Cházaro, ONU Mujeres.
Ciudad de México, 7 de diciembre de 2023. “La planeación urbana sin perspectiva de género provoca que las ciudades y las relaciones de género que se producen en ella reproduzcan las desigualdades y profundicen las violencias, reforzando los roles y estereotipos de género”, afirmó Andrea Cházaro, de ONU Mujeres México.
La coordinadora del Programa Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas de ONU Mujeres, indicó que el urbanismo feminista y las ciudades con enfoque de género abren nuevos caminos para que las mujeres participen en el diseño de las ciudades y se conviertan en actoras para que las urbes prosperen e impulsen su desarrollo.
Durante la sesión virtual organizada por el PUEC en el marco de los 16 días de activismo para la prevención de la violencia de género y el #25N, así como parte de su seminario permanente Ciudad habitable para todas y todos, Cházaro agregó que, “para que las ciudades sean inclusivas y seguras se tiene implícita la erradicación de la violencia de género contra las mujeres en toda su diversidad”.
“A pesar de los crecientes esfuerzos y logros, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una de las crisis de derechos humanos global más arraigada, generalizada y tolerada que debe ser atendida de manera urgente”. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, afecta a una de cada tres mujeres en el mundo.
Desde que comenzó la pandemia, casi una de cada dos mujeres declaró que ellas o una mujer que conocían había sufrido una forma de violencia, y seis de cada diez personas consideran que el acoso sexual en los espacios públicos ha empeorado.
Las actitudes y comportamientos discriminatorios, la desigualdad de género, los estereotipos y las masculinidades nocivas impiden reconocer la violencia hacia las mujeres y principalmente prevenirla y atenderla adecuadamente.
Las urbes han sido diseñadas en gran medida por hombres y para hombres, produciendo un sesgo androcéntrico y productivista del urbanismo sin prestar atención a las necesidades de las mujeres que habitan en ellas.
Los estudios urbanos feministas han documentado tres tipos de exclusión de las mujeres: espacial, que son las barreras físicas de acceso; la exclusión social, que es el uso desigual y diferenciado del espacio público en base al género; y simbólica, por ejemplo, calles que sólo nombran a hombres, arte público sexista, actividades que refuerzan los roles de género y acoso sexual.
La coordinadora del Programa mencionó que tienen estudios que muestran que la vivencia del espacio público es distinta para las mujeres, ya que experimentan temor, ansiedad e inseguridad, afectando o moldeando la toma de decisiones y su participación en las ciudades.
Las niñas y mujeres jóvenes se benefician menos que los hombres y niños del diseño de los espacios urbanos. De acuerdo con cifras de Tove Ahlstrom, Think Tank Global Utmaning, a partir de los ocho años, el 80% de los espacios públicos están dominados por niños, mientras que, a esa edad, las niñas se sienten diez veces más inseguras en el espacio público que los niños.
En el ámbito comunitario, la violencia sexual (conductas físicas y verbales) es la principal modalidad de agresión sufrida por mujeres. En México, 42.2% de las mujeres la han experimentado a lo largo de su vida, siendo las jóvenes de entre 15 y 24 años las que más sufren este tipo de agresiones, las cuales ocurren principalmente en la calle (64%) y el parque (67%). Asimismo, este tipo de violencia también trasciende al espacio digital, ya que es una extensión del espacio público.
Igualmente, 7 de cada 10 mujeres se sienten inseguras en su ciudad, sin embargo, más de 9 de cada 10 no denuncia o solicita apoyo a alguna institución.
Andrea Cházaro expresó que el acoso sexual afecta el derecho a la vida libre de violencia de las mujeres y las niñas, también limita su derecho a la movilidad, su derecho a la ciudad, a la educación y al trabajo, a la autonomía, afecta su economía, la salud e integridad física, restringe el disfrute de actividades culturales o de ocio y en general su participación plena en la vida pública.
El Programa Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas de ONU Mujeres fue creado para generar conciencia y evidencia del acoso sexual que viven las mujeres en estos espacios urbanos. Está dirigido sobre todo a la prevención y respuesta para erradicar las violencias sexuales, poniendo en el centro de la planeación urbana a las mujeres.
Para ello han implementado acciones como utilizar modelos de intervención con metodologías probadas; apoyar y colaborar con movimientos de mujeres; tejer alianzas con actores globales, regionales, nacionales y locales; fortalecer capacidades de los actores locales; procesos participativos desde un enfoque interseccional e intercultural; transformar marcos normativos a nivel local; y diseñar campañas innovadoras.