Académicos exponen los efectos del proceso de revitalización del centro histórico, vinculados a las acciones en materia de seguridad en el contexto de gentrificación en la Alameda, Regina, La Merced y Tepito.
“Para que el proceso de revitalización -iniciado hace más de 20 años en el Centro Histórico de la Ciudad de México-, y con él, el proceso de gentrificación fuera posible, ha requerido una inversión de capitales públicos y privados en materia de seguridad, para asegurar el flujo de nuevas clases medias que inviertan en el centro”, aseguró la Dra. Claudia Zamorano, profesora-investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), quien realiza una investigación sobre los procesos de segurización en el centro histórico y estudia la creciente inversión de capitales públicos y privados en la producción de servicios y dispositivos de seguridad.
Durante la sesión del seminario de los Centros Históricos de la Ciudad de México que organiza de manera permanente el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la UNAM, la académica señaló que la gentrificación, fenómeno que ocurre en todo el mundo con apoyo de los Estados en el contexto neoliberal, implica la transformación espacial, de la sociabilidad y el desplazamiento de los grupos residentes para dar lugar a nuevas clases medias y nuevas actividades económicas y políticas. Zamorano, quien analizó la zona de la Alameda Central, afirmó que con la revitalización no sólo se transformó este espacio público, sino también sus reglas de uso, desplazando a las clases populares que solían utilizarlo hacia la colonia Guerrero principalmente. Finalmente expresó que existen procesos de segurización que están profundizando las diferencias en los distintos espacios del mismo centro histórico por lo que es preciso que la academia ahonde en estos temas.
El Dr. Vicente Moctezuma, pos doctorante en El Colegio de México (COLMEX) y profesor de la UNAM, expuso aspectos de la seguridad pública vinculados al proceso de transformación espacial y social que ha tenido el centro histórico, centrándose en sus dos casos de estudio: La Merced y Regina. Argumentó que el proceso de revitalización del centro histórico refuerza distintas condiciones de desigualdad y exclusión y pone en evidencia que es un territorio en disputa con intereses diversos y heterogéneos entre sí. Indicó que para los sectores populares residentes de estas zonas es natural que las mejoras y transformaciones de sus vecindarios no respondan a sus necesidades sino a la de otros y que la política pública sea orientada por los poderes económicos.
El Mtro. Arturo Díaz, doctorando por El Colegio de México (COLMEX), presentó su investigación sobre la autogestión de la seguridad, vigilantismo y orden local en Tepito, que explora el papel de los vigilantes privados ligados a una asociación de comerciantes. Apuntó que la paradoja de la seguridad en esta zona es que la gente se ha beneficiado de la inseguridad y el auge de criminalidad para impedir que el proceso gentrificador, que se ha dado en otras partes del centro, avance en Tepito. Si bien, las acciones del grupo de vigilantes están encaminadas a la prevención y reacción de actos como el robo, también participan en la constitución de cierto orden local ligado a la economía política que rige el mercado de Tepito.
Durante la sesión realizada el 8 de febrero en el Auditorio Eduardo Matos del Museo del Templo Mayor, el Dr. Javier Delgado, director del PUEC, comentó que este seminario ha transitado de un enfoque de conservación y patrimonialismo a poner el foco en los procesos y actores sociales, ya que en el centro se manifiestan y replican las desigualdades sociales de la metrópoli, lo que lo convierten en un laboratorio interesante. Asimismo, resaltó que el PUEC pone énfasis en todos los centros de la capital y en la necesidad imperante de la interdisciplina.
